miércoles, 6 de julio de 2011

Movilidad digital y movilidad analógica


Contaré una breve historia sobre las implicaciones que el entorno virtual tiene en nuestro mundo. Veamos cómo sale.

Aníbal es un padre de familia que trabaja como consultor de sistemas de información (para los profanos diremos que se dedica a la informática) en una multinacional europea. Reside en una pequeña ciudad donde encontró el piso que podía permitirse con su salario. Cada día debe desplazarse durante una hora para llegar a la sucursal de la multinacional en la metrópoli.

Hoy su colaborador-jefe le ha informado de las nuevas líneas estratégicas aprobadas por el comité ejecutivo en el plan anual de la compañía. De todas ellas la que más le afectará es la LE 6: potenciación de la movilidad en los empleados. Muy pronto Aníbal recibirá un potente smartphone, un ordenador portátil inalámbrico y unos códigos de acceso de seguridad a las infraestructuras virtuales de la empresa para comunicarse en cualquier parte del mundo. ¿Y por qué no? También tendrá la libertad de trabajar desde su casa, flexibilizando el horario y evitando los temibles atascos matutinos o los exasperantes colapsos vespertinos de tráfico que diariamente sufren quienes viven en la diáspora de la gran ciudad. A nuestro protagonista se le dilatan las pupilas cuando le explica que podrá conectarse a las terminales de los ordenadores de sus clientes y operar como si se encontrara físicamente allí, sin la necesidad de desplazarse. Cuantas horas y dinero se ahorrarán con estas nuevas tecnologías.

Más tarde, en la cafetería de la oficina, Aníbal encuentra a Joaquín, colaborador-account manager (entre nosotros: un comercial) y le comenta la LE 6 que muy pronto les van a aplicar, las ventajas que disfrutarán y el ahorro que obtendrá la compañía con estas medidas. Joaquín le mira condescendiente, le pone una mano en el hombro y le explica que ellos ya hace dos años que utilizan esas tecnologías. Le dice lo siguiente:

“Aníbal, lo que te han contado es cierto, pero no te lo han dicho todo… -el comercial le mira a los ojos y continúa-. Vas a trabajar en casa, pero estarás más horas. Será más difícil desconectar del trabajo y dedicarte a tu vida privada. No te engañes, seguirás viajando, porque el cliente no sólo querrá ver aquello por lo que paga, sino también querrá tener un contacto con quien le hace el trabajo, algo que no se consigue por teléfono ni por e-mail. Todo esto lo que realmente significa es que te has quedado sin un puesto en la oficina. Crearán “las mesas compartidas” que los consultores las utilizareis esporádicamente cada vez que tengáis que acercaros a la sede de la compañía. La empresa no conseguirá el ahorro porque vayáis a viajar menos, pues seguramente será al revés y lo haréis con mayor frecuencia y más lejos; lo obtendrá por la reducción en metros cuadrados del alquiler de despachos y de delegaciones territoriales. Tu oficina a partir de ahora será tu coche o las salas de espera de los aeropuertos. ¡Ah! Y mucho cuidado con estas tecnologías al volante, porque gastan pocas bromas. La manipulación de un GPS o hablar por el móvil mientras conduces, en el mejor de los percances, te costarán una multa que rascará eficazmente tu bolsillo, si no se convierten en algo peor.”

Es interesante observar cómo unas tecnologías que se aprovechan de nuestro espíritu juguetón y en ocasiones nos son tan útiles, también tienen unos efectos secundarios muy importantes en nuestras vidas: las podemos llevar encima siendo parte de nuestros enseres personales, son herramientas que utilizamos para entablar contacto con personas lejanas mediante su tecnología o con personas próximas alardeando de su diseño, nos han convertido en hooligans de lo pequeño y portable, nos ofrecen confianza al sentirnos conectados a nuestro grupo, con ellas accedemos a información que nos tranquiliza o nos ayuda a tomar decisiones, nos monitorizan, hasta pueden resultar adictivas; pero sobre todo nos deslocalizan -aún estando siempre localizables- porque nunca hemos sido más “homo mobilis” que ahora.

Para más información ver: crisis-de-reputacion_online-nuevos-escenarios-nuevos-retos/ 

Para más información ver: la-revolucion-movil-y-el-futuro-de-la-web/ 




2 comentarios:

  1. Muy bueno Josep... Si yo te contara al respecto!!!
    De todos modos, siempre da algo más de cancha el trabajar en movilidad que el pasarse las horas muertas calentado silla en la oficina por que al jefe le parece que lo adecuado es realizar las ocho horas... aunque no tengas nada que hacer.
    Saludos.

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  2. Gracias Jordi,

    No tendremos otro remedio que adaptarnos a lo que venga.

    Saludos

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