viernes, 15 de agosto de 2014

Relatos de viajeros en el siglo XIX: posaderos y bandoleros


Hasta que el ferrocarril no se implantó por nuestras latitudes, viajar constituía una auténtica heroicidad, que bien podría considerarse una ardua tarea sólo emprendida por quienes tenían una verdadera necesidad o por aventureros y nómadas modernos con alma de beduinos dispuestos a jugar con su suerte.

En el siglo XVIII, incluso bien entrado el siglo XIX, viajar resultaba muy incómodo. Por los caminos de herradura era menester ir todo el día a la grupa de un caballo, un burro o un mulo, eso los más afortunados, porque la mayoría tenía que cubrir las distancias caminando.


Los vehículos rodados de entonces no tenían buenas amortiguaciones, de manera que el traqueteo de las ruedas se trasladaba por el coche a todos los huesos del cuerpo de los pasajeros; y al final de una larga jornada de viaje normalmente los intrépidos viajeros solían terminar con los "huesos molidos".

viernes, 1 de agosto de 2014

Ladrones pero honrados...



Fuente;kikkax.blogspot.com.es
 Hay un dicho popular que dice: "Quien no roba, porque no puede" y cuando busco en el pasado cómo eramos, de qué manera nos desplazábamos y nos relacionábamos, me encuentro con perlas como ésta en la obra de Teofilo Gautier Viaje por España. Agudo observador que recorrió nuestras tierras hace dos siglos y nos dejó descripciones tan interesantes y costumbristas como la siguiente:


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