miércoles, 7 de noviembre de 2012

Compartir coche y casa es la opción mayoritaria de los españoles para el Puente de Todos los Santos







  • Del 1 al 4 de noviembre se prevén más de 5,5 millones de desplazamientos, la mayoría de corta distancia para regresar al pueblo o hacer turismo interior, optando como forma de viajar compartir coche y casa para abaratar costes. 
  • La mayoría de los hogares españoles aprovecha estas festividades como alternativa a las vacaciones ya que el 44’5% no puede permitirse viajes de ocio de una semana al año, según un reciente estudio del INE.
  • BlaBlaCar, la red social para viajar en coche compartido ha incrementado por 5 los viajes para este puente respecto al año anterior. 


Madrid, 29 de octubre de 2012.- Compartir coche para viajar y alojarse en la casa familiar o de amigos es la opción mayoritaria de los españoles para este Puente de Todos los Santos según indica BlaBlaCar, la red social para compartir coche en España y Europa. Del 1 al 4 de noviembre, la Dirección General de Tráfico, prevé que se produzcan más de 5,5 millones de desplazamientos, sobre todo a corta distancia, debido  a la tradicional visita a los cementerios de pueblos y ciudades de toda España.

La mayoría de los hogares españoles aprovecha estas festividades  como alternativa a las vacaciones ya que el 44’5% ni siquiera puede permitirse viajar una semana fuera de casa al año, según desvela un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística.

A este dato se suma este año la estimación de la “Encuestan anual de Movimientos Turísticos españoles” elaborada por IET que sitúa en sólo un 23% los viajes que se hacen con reserva previa para este puente. Esta situación se debe a la contención de gastos de los españoles que optan por alternativas al momento de viajar, como compartir coche que ha experimentado un incremento del 400% respecto al pasado año, según BlaBlaCar, o el alojamiento en viviendas de familiares y amigos, con un porcentaje del 38’5% según el Instituto de Estudios Turísticos.

A este cambio de tendencia ha contribuido tanto la subida del IVA el pasado mes de septiembre como el aumento del precio de los carburantes del 12% respecto a las mismas fechas del pasado año.

Para ayudar a afrontar estas subidas, Vincent Rosso, Country Manager de BlaBlaCar en España y Portugal, recomienda viajar más en coche compartido, y asegura que “los usuarios de la web ofrecen ya más de 2500 viajes” para estas fechas señaladas.

El coche en el punto de mira

Como viene siendo cada vez más habitual, el coche ha sido el principal medio de transporte dentro del territorio nacional durante el pasado año, con un porcentaje del 81,9% sobre el total ‐8 de cada 10  desplazamientos internos‐ según la Encuesta de Movimientos Turísticos de los Españoles (Familitur).

Sin embargo, pese a los incentivos en la venta de vehículos, el mantenimiento del coche familiar es cada vez más caro: el depósito medio de 55 litros cuesta ya 82’3 euros para los de gasolina y 78’5 euros para los de gasoil, mientras que la revisión de la ITV ha aumentado un 3’9% respecto al pasado año.

Además de ayudar al ahorro, Rosso explica que con BlaBlaCar “se ha disminuido las emisiones de CO2 en 500,000 toneladas desde el inicio de la web gracias al aprovechamiento de los asientos libres compartiendo coche y gastos”, lo que también contribuye en menor medida a reducir “los atascos en las salidas y entradas de las ciudades”.

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jueves, 1 de noviembre de 2012

Conductores agresivos y violencia vial



El cuerpo humano es un carruaje; el yo es el conductor,
el pensamiento las riendas, los sentimientos los caballos.
(Platón)
Creative Commons, foto de Antonio Herrera










La sociedad occidental fomenta la competitividad desde que somos niños. Ya en la escuela nos preparan para un mundo donde, si de lo que se trata es de perder; mejor tú que yo. La competitividad la vemos positiva para poder evolucionar y avanzar en nuestra civilización. Para quitar el carácter peyorativo preferimos hablar de ambición, pero la competitividad también genera  ambientes propicios para la agresividad. La lucha por la supervivencia nos obliga en muchas ocasiones a adoptar comportamientos agresivos: sea para defendernos, sea para atacar. Cuando nos convertimos en tráfico también aparece la agresividad, muchos expertos y organismos internacionales (entre ellos la Organización Mundial de la Salud) hablan de violencia vial.


¿Por qué algunas personas son más agresivas cuando conducen?

Ya he reflexionado sobre este tema en anteriores posts. Conducir un vehículo activa determinados mecanismos psicofísicos que nos otorgan una mayor capacidad de reacción ante situaciones inesperadas –ponemos mayor atención y por tanto reaccionamos antes- pero conducir también provoca un mayor nivel de agresividad y en muchas personas potencia su carácter violento. Cuando vamos al volante sentimos mayor impunidad ante las actitudes violentas que ejecutamos: bocinazos, velocidades inapropiadas, distancias de seguridad incorrectas, aceleramos mientras nos adelantan… eso sin llegar a los casos más extremos, las agresiones físicas. Tenemos una sensación de anonimato y seguridad al estar “enlatados” dentro del habitáculo porque no nos sentimos tan vistos, y en caso de serios problemas siempre está la "valiente alternativa" de la huida (aunque matrícula, testigos, cámaras de seguridad, mecánicos y técnicas de investigación  policiales son factores que están para evitarlo). El vehículo se convierte en un añadido de la distancia personal –mi territorio-  donde sólo entra quien yo quiero. En los seres humanos el sentimiento de territorialidad es tanto o más poderoso que el que pueda tener otra especie animal. Muchas personas tienen un impulso competitivo extremadamente elevado (podemos encontrar en nuestra memoria un rostro al que poder asociarlo). Demasiada competitividad acarrea agresividad y ésta genera sentimientos de ira y venganza que señorean dentro de los lindes de nuestro territorio móvil.


“Pero qué está haciendo ese…”

“¿Vistes cómo me cerró el paso?”

“Se va a enterar con el bocinazo que le voy a pegar…”

En ocasiones la agresividad surge como un acto de defensa al sentirse incomodado, en otras ocasiones presionamos al que está delante porque nos sentimos molestos por el que viene detrás (efecto vasos comunicantes), en el tráfico lo vemos con la gestión de las velocidades, en la empresa con las jerarquías y el flujo de las responsabilidades.

El perfil de un conductor agresivo se relaciona con los siguientes atributos: cínico, rudo y colérico, aspectos que suele mostrar no sólo mientras conduce sino en el trabajo o en su casa, pero conduciendo es cuando más fácilmente aparecen estos atributos de su personalidad a la vista de sus acompañantes y de sus víctimas. Otra característica asociada a ese tipo de conductor es la falta de empatía hacia los otros conductores o peatones con los que comparte el espacio público.


¿Qué causas motivan la agresividad cuando conducimos un vehículo?


La casuística  en la violencia vial es extensa y aquí solamente haré una aproximación. Las hay internas que están dentro de cada individuo y las hay externas o ambientales. Cada individuo tiene unos niveles de irritabilidad que potencian la agresividad ofensiva o niveles de susceptibilidad que desembocan en agresividad defensiva. Cada persona tiene diferentes grados de tolerancia a múltiples estados emocionales: tristeza, preocupación, frustración, cólera, excitación… que modificarán de forma diferente nuestras reacciones con mayor o menor grado de violencia. Y será nuestra capacidad para controlar de forma adecuada esas emociones la manera de controlar muchos de los impulsos que tenemos cuando conducimos -de ahí la cita inicial del filósofo Platón en este post-. Entre los factores externos o ambientales destacan la temperatura o el grado de humedad (ver post anterior), el nivel de ruido también es importante, sobre todo si no se tiene un control en su volumen ni en su duración, provocando irritación y agresividad. Finalmente no podemos olvidarnos de las congestiones de tráfico en las carreteras, que según sea su duración o la disponibilidad de tiempo que tengamos, pueden llegar a provocar frustración y terminar en actuaciones muy agresivas.


Los grados de una conducta agresiva

Fases
Actuaciones
Primera fase: El objetivo es que el otro conductor se sienta mal, realizando un ataque moral
Ridiculizar, blasfemar, insultar, realizar gestos inapropiados o muecas.
Segunda fase: Se mantiene el objetivo pero se deteriora el razonamiento
Se incrementan gradualmente las características descritas en la primera fase, se comienza a perder la conciencia racional.
Tercera fase: Se provoca directamente al otro conductor
Se le acosa (se le hacen luces, se irrumpe en la trayectoria de su vehículo, se produce una detención abrupta frente a su vehículo…)
Cuarta fase: Se agrede físicamente al otro conductor
Desaparece la autocontención y se deja paso a la violencia verbal y física hacia el otro conductor.

Fuente: Postgrado Seguridad vial laboral Universidad de Valencia

El aprendizaje observacional es una de las formas naturales que tenemos de adquirir experiencias, sean éstas positivas o negativas. De manera que:

“Si veo que alguien lo hace mal y consigue su objetivo, yo haré lo mismo”. 
Este planteamiento asumido por muchas personas contribuye a la expansión de malos hábitos y comportamientos en la carretera. La violencia vial se expande por imitación ante la falta de enseñanzas por una correcta educación vial, independientemente de las sanciones, porque necesitamos una efectiva coerción socio-cultural con la que poder combatir ese estilo de vida tan egoísta.





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Aggressive drivers and road violence (english version)


The human body is the chariot; the self is the driver;
  thoughts are the reins; and feelings the horses.
 (Plato)
Creative Common, Photo by  Antonio Herrera







The occidental society encourages competition from our childhood age. Already in school we are prepared for a world, in which – where losing is concerned – it might better be you than me. Competition is seen as something positive to evolve and advance in our civilization; and to diminish its pejorative character we talk about ambition. However, competition is also a source that generates environments prone for aggressiveness. The fight for survival obliges us in many occasions to adopt aggressive behaviours – bee it to defend ourselves or to attack. In the world of traffic a lot of experts and organizations (the World Health Organization among them) talk clearly about “road violence”. 


Why some people are more aggressive when they drive?
In previous posts I have already reflected on this topic. To drive a car activates determined psycho-physical mechanisms, which grant us a bigger capacity for reaction in unexpected situations – we pay higher attention, that’s why we react faster. However, driving also provokes a higher level of aggressiveness and in many people it potentiates their violate character. We feel a higher impunity to violent attitudes we are exercising while driving: blowing the horn, inappropriate speed, incorrect security distances, we accelerate while others are overtaking us…putting aside even more extreme cases. We have the feeling of anonymity and security while being encaged inside the driver’s cab, where we feel unobserved. And, in case of problems, there is always the “brave alternative
 of flight (in spite of the existence of number plates, testimonies, security cameras, car mechanics and police investigation techniques to prevent it). The car is converted into an addition to my personal distance – my territory – where only those enter that I want to. In human beings the sense of territory is as or even more pronounced than the one an animal species might have. Many people have an extremely developed competitive impulse (everyone can find a face in his memory to whom this may apply). Too much competiveness causes aggressiveness and this generates feelings of rage and vengeance which run free within the confines of our mobile territory.

“But what is he doing?” 
“Have you seen, how he barred my way?” 
“He will notice when I blow my horn.”

Sometimes aggressiveness surges as a defence mechanism when we feel uncomfortable. In other occasions we exercise pressure on the one before us, because we feel lobbied by the one behind ; in the traffic system we can observe this phenomenon in the speed management; and in the companies in the hierarchies and the flow of responsibilities.

The profile of an aggressive drivers is associated with the following attributes: cynical, rude, without empathy and that he not only exhibits them while driving but also at work or at home, but while driving those attributes of his personality are easiest to detect by his fellow passengers and his victims.


What motivates aggressiveness while driving?
The casuistic in road violence is very extensive and I will only make an approximation. There are internal casuistics which remain inside of each individual and there are external or environmental cases. Each person has an irritability level where the offensive aggressiveness or the sensitivity is potentiated, which concludes in defensive aggressiveness. Each person has different tolerance levels to a large variety of emotional states: for example sadness, preoccupation, frustration, rage, excitation…, and they modify our reactions in different ways to a higher or lower degree of violence. In the end it will be our capacity to control those emotions in an adequate way, that will make us control many of the impulses we have while driving. Among the external factors, heat or the degree of humidity have to be pointed out (see anterior post). Also the acoustic level is important, above all if its volume or duration are not taken into consideration, which provoke irritation and aggressiveness. Finally we must not forget the traffic jams, which according to its duration or our time available can provoke frustration and which can conclude in very aggressive actions.

Degrees of aggressive behaviour:

Phases
Actions
First phase: The objective is that the other driver feels bad making a moral attack.
To ridicule, blaspheme, insult, to make inappropriate gestures or faces.
Second phase: the objective is the same but the argumentation deteriorates
Gradually the characteristics described in the first phase are aggravated, one starts to lose rational thought.
Third phase: the other driver is directly provoked
He is harassed (light flashing, irruption in the path of the other’s car, producing an abrupt detention in front of the other’s vehicle…)
Forth phase: the other driver is attacked physically
The auto-control disappears and verbal and physical violence open their path toward the other driver.




Learning by observation is one of the natural ways we have to gain experience, no matter whether it is positive or negative.

“If I see that somebody is behaving badly but reaches his objective, I will do the same”.

This posture adopted by a lot of people contributes to the extension of bad behaviour on our roads. Road violence extents itself due to imitation, due to the lack of education about the correct behaviour in the traffic system, and because we are in need of an effective socio-cultural coercion which fights this egoistical lifestyle.






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