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lunes, 1 de octubre de 2012

Seguridad Sostenible. Prevención y Seguridad Vial en los Países Bajos


Homo omnium rerum mensura est.
(El hombre es la medida de todas las cosas).
Protágoras


En Holanda se implantó hace varias décadas un modelo
 de Seguridad Sostenible pionero en la prevención y seguridad vial.

¿Qué es la Seguridad Sostenible?
Podemos definir como Seguridad Sostenible todo un conjunto de medidas encaminadas a la prevención de los accidentes de tráfico causantes de importantes lesiones y fallecimientos. Nos referimos a un sistema de tráfico seguro con unas infraestructuras adaptadas a las limitaciones humanas, unos vehículos equipados para facilitar la conducción y la protección de las personas y unos usuarios con la necesaria educación para poder disuadir los comportamientos individualistas e inadecuados.

Simplificando podríamos decir que el eje central de la Seguridad Sostenible gravita sobre la famosa frase de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”, refiriéndose al ser humano genérico, no a cada individuo y retomando la percepción de los antiguos filósofos griegos sobre el Homo Mensura, pero adaptándolo a una nueva planificación del tráfico.

¿Cuáles son las principales aportaciones que ha hecho el nuevo concepto de Seguridad Sostenible?
Si tomamos como premisa fundamental de esta política de seguridad que el usuario 
es el centro del sistema vial; las infraestructuras, los vehículos y hasta la manera de conducir deberán adaptarse a las limitaciones propias de sus usuarios: los seres humanos,  idea central  apoyada en tres pilares:
  • Proteger a los usuarios vulnerables (a peatones, ciclistas, motociclistas).
  • Diseñar vías auto-explicativas que induzcan a los usuarios a una conducción más segura.
  • Establecer una jerarquización de las vías urbanas e interurbanas del sistema viario según sea su función y uso.
Para ello se establecieron unas actuaciones con el fin de alcanzar un sistema de tráfico seguro:

En primer lugar se realizó una reclasificación de la red viaria según sus funciones. Con un primer nivel para los flujos de altas velocidades, largas distancias y grandes volúmenes de tráfico; un segundo nivel para la distribución del tráfico con destinos dispersos y un tercer nivel para aquellas vías que dan acceso a cualquier lugar del territorio.

En segundo lugar se ejerció un mayor control de la velocidad en el sistema según la función establecida en la jerarquización de la red vial. Por ejemplo, en el sistema de transporte holandés dos tercios de las calzadas  tienen una función residencial y son candidatas a convertirse en zonas de velocidad 30 km/h. En el año 2001 la mitad de su red vial ya se encontraba bajo estos límites de velocidad.

El sistema de transporte holandés se centra en la coincidencia de la función y el uso de las vías, por lo tanto las infraestructuras deben diseñarse para las limitaciones humanas y según sea su uso, los vehículos deben garantizar la protección (con elementos de seguridad activa/pasiva) y también se hace especial hincapié en una formación que mitigue  las conductas peligrosas de los conductores cuando circulan por la vía pública.

¿Cómo se implantó el sistema de Seguridad Sostenible en Holanda?
Holanda desde 1991 estuvo trabajando en un nuevo concepto de seguridad sostenible que las autoridades públicas suscribieron finalmente en 1998. Ese año se presentó un programa de Seguridad Sostenible diseñado por la Fundación para la Investigación en Seguridad Vial  (Stichting Wetenschappelijk Onderzoek Verkeersveiligheid) con el respaldo del Ministerio de Transporte holandés. Este plan de seguridad vial se convirtió en una de las políticas de estado que deberán seguir los diferentes gobiernos en las siguientes décadas, señalando unos objetivos muy concretos hasta el año 2010 como son: la disminución en un 50% los fallecimientos y en un 40% las lesiones por traumatismos ocasionados en accidentes de tráfico respecto a los valores que se obtuvieron en el año 1986.

Para la aceptación de esta política de seguridad se establecieron dos fases de implantación. La primera de ellas se desarrolló entre 1997 y 2001:
  • Se catalogó la red de calles, carreteras y autopistas estableciendo una jerarquización.
  • Se revisaron todas las prioridades de paso.
  • Se establecieron limitaciones de velocidad. 30 km/h para las zonas residenciales y 60 km/h para las zonas rurales.
  • Se establecieron nuevas preferencias de paso en las rotondas y se dio mayor prioridad a los ciclistas.
  • Se establecieron auditorías de seguridad vial.
De esta manera lograron acordar las bases para las posteriores intervenciones que se desarrollarán en una segunda fase de la implantación denominada Plan Nacional de Tráfico y Transporte para el periodo 2001-2020, actualmente en ejecución.
Los holandeses se plantearon la seguridad vial como algo que tenía que ser provocado, con el objetivo de evitar que el tráfico se convierta en un problema de salud pública, como sucede en otras sociedades menos avanzadas. Se dieron cuenta que la seguridad vial precisaba del apoyo político e institucional para su exitosa ejecución; y así lo hicieron, convirtiéndola en una política de estado. Hoy estudiamos el caso holandés y el caso sueco como ejemplos de buenas prácticas en seguridad vial.
Para terminar este post mostraré un ejemplo que he encontrado en el blog de Samuel Santos García autovías.wordpress.com dedicado a las infraestructuras del transporte, en el que se detallan las características de una carretera holandesa en la que inicialmente el límite estaba en 80 km/h con una intensidad media diaria que ronda los 3.000 vehículos, la cual ha sido adaptada a los planteamientos establecidos por la política de Seguridad Sostenible del Plan Nacional de Tráfico y Transporte.
Principales características de esta carretera:
  • Zonas 30 y zonas 60.
  • Tramos con prohibición para circular bicicletas
  • Elevaciones en los cruces.
  • Anchuras de la calzada de 5 m con estrechamientos e instalación de bolardos laterales.
  • Estrechamiento puntual de la calzada incluyendo cojines berlineses.
  • Trazado sinuoso.
  • Fijación de paso a uno de los sentidos. No hay delimitación central de los carriles.
  • Quiebro del eje de la carretera en intersecciones.
  • Isletas centrales en tramos rectos sin intersección.
Font:Youtube



La evolución del transporte a la movilidad, una nueva visión
La mejor medida de seguridad vial es educar a los ciudadanos desde la infancia.
¿Te gusta conducir?



miércoles, 15 de agosto de 2012

Los accidentes de tráfico mortales pueden evitarse. Principales elementos de la "Visión Cero"


La Visión Cero  es una política de seguridad vial desarrollada en los años 90 del siglo pasado en Suecia. (La  política   Vision Zero -como se la conoce en inglés- fue aprobada por el parlamento sueco en 1999). Se basa en la definición de unos elementos básicos sobre los que se construye un cuerpo conceptual y unas medidas para conseguir que el tráfico por carretera no produzca muertes o discapacidades graves a las personas.


Suecia inició la "Visión cero"
La Visión Cero se inició en Suecia

Los principales elementos de esta política de seguridad vial son los siguientes:

El primer elemento es de carácter ético: la vida y la salud son valores supremos. Para la Visión Cero no son negociables estos valores, por encima de cualquier cambio que favorezca la movilidad: velocidad, accesibilidad, confort, eficiencia, medioambiente… todos ellos deben someterse al valor que define el carácter ético de esta política. La pérdida de una vida humana es inaceptable.

El segundo elemento se basa en un concepto global de la responsabilidad. Hasta ahora la responsabilidad de las colisiones en las carreteras recaía principalmente y de forma individual en los usuarios de la vía pública. La Visión Cero defiende el concepto de responsabilidad compartida entre los proveedores de servicios, los usuarios, los planificadores, las autoridades de las infraestructuras de transporte, la industria de la automoción y también la policía, como responsables del funcionamiento del sistema y del respeto de las normas de circulación. Con esta política ya no sólo es responsabilidad de los usuarios cumplir con las normas; los planificadores, las autoridades y los cuerpos de seguridad tienen la obligación de que el sistema y sus normas sean respetadas voluntariamente o se cumplan de manera inducida. Los fabricantes, por su parte, también son responsables de seguir unos parámetros de fabricación que contemplen los mínimos estándares de seguridad necesarios para la defensa de la vida y la salud.

El tercer elemento es el establecimiento de una cultura de la seguridad que abarque a toda la sociedad y contemple la dimensión humana del fenómeno. Desaparece la responsabilidad exclusiva del usuario de la vía pública y se establece un nuevo enfoque con dos nuevas premisas: la primera es el factor humano. Los seres humanos cometemos errores. La gente puede equivocarse, distraerse, enfermar... y por lo tanto es lógico que fallemos, pero el sistema vial no puede fallar. Por ejemplo, hoy en día el sistema todavía permite que alcancemos 140 km/h conduciendo a escasos metros de otro vehículo que circule delante. El sistema debería impedir situaciones como la descrita. La segunda es el límite crítico más allá del cual la supervivencia y la recuperación de un traumatismo ya no es posible. Hay que respetar las tolerancias biomecánicas de nuestros cuerpos que el sistema vial debe proteger. Sabemos que el sistema de transporte combina seres humanos con máquinas motorizadas pesadas y veloces controladas por personas, de forma que la inestabilidad es inherente al propio sistema de transporte que tenemos, porque se basa fundamentalmente en el factor humano. La Visión Cero debe tener en cuenta el factor humano, pues el error está integrado en el ADN del sistema de circulación vial, por tanto el diseño del sistema de transporte debe realizarse de tal forma que evite las lesiones graves o las muertes, aunque bien se pueda asumir cierto nivel de colisiones que produzcan traumatismos leves. El objetivo esencial de esta política de seguridad es evitar la cadena de incidentes que desemboquen en graves colisiones generadoras de defunciones y discapacidades permanentes. Las personas no deberían en el sistema de transporte someterse a fuerzas cinéticas que excedan la tolerancia humana y que hagan peligrar su salud, pero en el caso de que así sea la tecnología, la vigilancia y la formación debe garantizar la integridad de la persona.

¿Qué medidas se están tomado en Suecia desde la adopción de la Perspectiva cero?

En las tecnologías de los vehículos
  • Amplio apoyo al Programa Europeo de Evaluación de Automóviles Nuevos. (Euro-NCAP)
  • Utilización de los sistemas de retención en todos los vehículos. Se intenta garantizar su uso generalizado.
  • Generalizar los sistemas se seguridad activa y pasiva en los vehículos.
  • Generalizar las tecnologías de airbags.
  • Implantar el frenado automático.
  • Mejorar las tecnologías de ahorro energético.
En las infraestructuras
  • Alentar a que las autoridades locales establezcan en las áreas con mayor riesgo para los usuarios menos protegidos las zonas de 30 km/h.
  • Incrementar de cámaras que detecten los excesos de velocidad.
  • Cambiar la perspectiva en el diseño de las infraestructuras y la gestión de la velocidad con nuevos conceptos de ingeniería en los que predomine la seguridad.
En el control y la vigilancia
  • Incrementar las pruebas de alcoholemia y drogadicción en los conductores. (Alcolocks)
  • Promover la seguridad vial como variable competitiva entre las empresas para conseguir contratos de transporte carretero.
  • Promover sistemas de evaluación con procedimientos de recogida y procesamiento de la información que se genera en el sistema.
  • Implantar sistemas inteligentes del tráfico.
  • Establecer controles en la red para recoger determinados parámetros atmosféricos que generen mejor información y ayuda a la toma de decisiones de las autoridades y de los conductores.
En los servicios y la educación
  • Promover la seguridad como variable competitiva en los contratos de transporte. Nuevas políticas (RSE) de responsabilidad social empresarial que se generalicen en el mundo laboral.
  • Incentivos fiscales para la seguridad vial.
  • Promoción en los medios de comunicación y en los centros educativos de los valores sobre los que se apoya la Visión Cero.


Evitar los accidentes mortales es posible.
Evitar los accidentes mortales en las carreteras es posible.


Hay lugares donde se están tomando en serio la seguridad vial, en este post he hablado de lo que están haciendo los suecos. En España todavía hay muchas personas que consideran que los accidentes de tráfico son el precio que debemos pagar por tener una movilidad moderna. Nada más lejos de la verdad. La idea de que los accidentes de tráfico son inevitables e impredecibles, cada vez más, se está asumiendo en nuestra sociedad que es falsa. 


Fuentes bibliográficas consultadas:
http://www.visionzeroinitiative.com/
OMS (2004) Informe mundial sobre prevención de traumatismos causados por el tránsito.




Licencia de Creative Commons



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viernes, 10 de febrero de 2012

¿Siguen existiendo los tramos de concentración de accidentes?



La respuesta es sí. Convivimos con ellos y gran parte de los españoles lo hace a diario pero, ¿qué son los tramos de concentración de accidentes o TCA? Se definen como intervalos de carretera que se caracterizan por una siniestralidad excesivamente elevada respecto a otros tramos de la carretera durante un período de tiempo suficientemente largo, es decir, entre 3 y 5 años, para considerar una muestra estadística fiable. Las características de exposición al riesgo son debido a distintas razones que van desde la más habitual:deficiencias en la infraestructura o biena causa de circunstancias singulares del entorno que nada tienen que ver con la vía como, por ejemplo, la proximidad de una zona de ocio nocturno. Este hecho nos permite observar que la seguridad vial la conforman múltiples disciplinas de distintos ámbitos en las que se mezclan distintos factores: humano, carretera, vehículo…

La detección de los TCA, clave. Todos sabemos que para afrontar un problema, el primer paso es saber que lo estás padeciendo. La localización de un tramo de concentración de accidentes se realiza mediante una tramificación de las carreteras en segmentos superiores a 1km, homogéneos en términos de secciones, trazados, números de intersecciones, intensidad de tráfico, proximidad a núcleos urbanos y condiciones de contorno como podría ser la meteorología. Una vez definidos, se trata de una cualificación cuantitativa en la que destaca el número de accidentes de tráfico en un mismo punto geográfico, en el que se repite sistemáticamente el motivo del siniestro. La repetición del patrón de accidentalidad permite conocer si existe un aspecto constante, ya sea oculto o manifiesto, que es el que aumenta las estadísticas en un intervalo concreto.

Siguiente paso: indicar. Siguiendo con los tópicos, todos sabemos que quién avisa no es traidor. Una gran parte de los TCA se caracterizan por las deficiencias en la infraestructura: peraltes mal calculados, escasa visibilidad, curvaturas bruscas, iluminación deficiente… que en la mayoría de ocasiones no es suficiente subsanar con medidas de bajo coste y, por lo tanto, requieren de cambios importantes y la consiguiente ejecución de obras con elevados presupuestos. La disponibilidad económica actual de las administraciones permite que, erróneamente, se dejen de realizar estas adecuaciones a la carretera en multitud de tramos de la red vial española. En base a estos datos, se hace necesario informar al conductor que está circulando por un tramo anormalmente peligroso y, a ser posible, indicarle las características que certifican un alto nivel de riesgo respecto a otros tramos de la misma carretera para poder adecuar su conducción a estas nuevas condiciones.

¿Dónde se encuentran? Los emplazamientos de la red vial denominados como TCA son más comunes en vías secundarias más que a las autopistas o autovías que, por otra parte, son carreteras con una intensidad de circulación más elevada y, consecuentemente, con más probabilidad de accidente de tráfico; pero en las vías de alta capacidad, a parte de la aplicación de criterios de conservación y mantenimiento más estrictos, los accidentes de tráfico se producen de forma más aleatoria. De esta forma, se puede afirmar que el escenario habitual de un tramo de alta accidentalidad es en una carretera secundaria con existencia de intersecciones que no cumplen los requisitos mínimos de seguridad vial o en zonas de adelantamiento de vías de doble sentido de circulación en una única calzada.

Según un estudio realizado por el RACC (Reial Automòbil Club de Catalunya), en España a día de hoy todavía existen aproximadamente unos 1.500 km de vía que presentan un riesgo elevado o muy elevado de que se produzcan accidentes de tráfico con consecuencias graves. Estos tramos significan un 7,3% de la red viaria española y, en el mismo estudio destacan distintos tramos de carretera que año tras año se sitúan en posiciones delanteras de esta triste clasificación que lidera la N-322 a su paso por la provincia de Albacete. Por otra parte, las comunidades con mayor índice de TCA de España son Galicia, Extremadura y Cantabria, comprobando efectivamente que los tramos que registran un índice significativamente elevado de accidentalidad no se tratan de una especie en peligro de extinción.

Finalmente, a parte del amplio margen de mejora en materia de seguridad vial, un estudio reciente a nivel europeo, en el que ha colaborado la AEC (Asociación Española de Carreteras), nos permite ser optimistas en base a la gestión actual de los TCA. Las conclusiones del análisis aseguran que existen más de 21.000 km de vías europeas (38% de la red estudiada) en los que no se han producido víctimas en los últimos cinco años. La detección de estos tramos “blancos” permitirá realizar un estudio minucioso para exportar las características de estos segmentos de vía a otras carreteras de mayor accidentalidad aportando un diseño del trazado, una composición del tráfico y unos equipamientos específicos para obtener una red viaria más segura.


Marc Figuls Rovira
Ingeniero de caminos, canales y puertos

miércoles, 4 de enero de 2012

El sistema de circulación viaria

El sistema de circulación viaria se basa en 3 factores: El ser humano, el entorno y el vehículo que circula por la vía.  El mayor o menor peso que tengan estos elementos determinará las exigencias que aparecerán durante nuestro desplazamiento y por lo tanto también nuestra exposición al riesgo. El 90% de los accidentes de tráfico tienen como causa nuestros errores: exceso de confianza, incorrecta percepción, una mala interpretación o la simple distracción serían algunos de los problemas con los que nos enfrentamos cuando conducimos. No nos tiene que extrañar que el principal objetivo en la seguridad vial sea atender el factor humano.


Sistema circulación viaria
Elaboración propia a partir del temario ESTT-OEP 2005, tema 60 de J.J Martín García, DGT

Conducir no comporta grandes esfuerzos físicos, pero necesita que nos concentremos en la audición, la visión, la coordinación y la interpretación, por tanto hemos de poner nuestra máxima capacidad de atención y concentración mientras estamos conduciendo. La concentración nos permite filtrar la información percibida a través de nuestros sentidos y procesarla para quedarnos con la que sea más significativa para la conducción. Sin embargo los seres humanos no estamos muy bien diseñados para mantener la atención y la concentración durante un largo periodo de tiempo. La distracción o una incorrecta interpretación de lo que percibimos son nuestros principales enemigos en la carretera.




Sistema circulación viaria
Elaboración propia a partir del temario ESTT-OEP 2005, tema 60 de J.J Martín García, DGT

En la infografía anterior vemos que las exigencias del tráfico se compensan con nuestras capacidades para que el sistema se mantenga estable, pero cuando las exigencias del viaje no son contrarrestadas por nuestras capacidades se incrementa notablemente el riesgo de accidente.

La tecnología nos sirve de interfase entre las exigencias y las capacidades, reduciendo las decisiones que el conductor tiene que tomar cuando son necesarias la rapidez o la precisión en la respuesta. Cada vez más los fabricantes de automóviles introducen nuevas tecnología que incrementan la seguridad activa. Ejemplos de ello serían:

    El siguiente gráfico muestra un ejemplo de las diversas fluctuaciones que tenemos mientras circulamos por un itinerario, desde que ponemos en marcha el vehículo hasta que llegamos a destino. Imaginemos que estamos conduciendo un coche y tenemos ganas de fumarnos un cigarrillo, ya hemos cogido unos hábitos para encenderlo y fumar mientras conducimos, pero un gesto  de nuestra mano toca la punta del cigarrillo y nos cae encima un poco de ceniza todavía encendida que nos despista. Esos breves segundos de desconcierto nos hacen perder el control del vehículo que nos lleva a una situación de peligro.  Pero recuperamos el control y continuamos el viaje. Posteriormente el tiempo empeora y se desata una fuerte tormenta, la visibilidad disminuye ostensiblemente e intuimos que podemos sufrir aquaplanning y aún así  mantenemos la velocidad, de esta manera volvemos a incrementar notablemente la inseguridad y el riesgo de accidente. Pasa la tormenta y aunque conducimos a la misma velocidad notamos que la conducción ahora es más segura y que el sistema se estabiliza. Sin embargo, al recorrer un tramo orientado hacia el norte las bajas temperaturas y el suelo mojado forma placas de hielo en la carretera incrementando de nuevo el peligro. Finalmente pasamos la zona de riesgo y conseguimos llegar a destino debido a que las exigencias que ha impuesto el itinerario han sido bien resueltas por nuestras capacidades físicas, psíquicas, cognitivas y... reconozcámoslo, también tuvimos nuestra ración de buena suerte.

    Sistema circulación viaria
    Elaboración propia a partir del temario ESTT-OEP 2005, tema 60 de J.J Martín García, DGT





    El sistema de circulación viaria, como acabamos de ver, puede fluctuar muy rápidamente de una situación controlada a otra de máximo peligro, pudiendo llegar al accidente. El exceso de confianza, la facilidad para la distracción, las interpretaciones incorrectas o las velocidades inadecuadas son nuestros principales problemas.

    Para terminar me gustaría  hacer referencia a un aspecto muy vinculado al factor humano. Todos, en mayor o menor medida, nos aprovechamos de la velocidad, pero no pensamos en lo frágiles que son nuestros cuerpos frente a sus consecuencias. Nuestra falta de adaptación a la misma queda de manifiesto en la dificultad que tenemos para saber a qué velocidad circulamos si no tenemos a la vista un velocímetro, sobre todo cuando son elevadas. Nuestros cuerpos no están diseñados para las velocidades a las que nos desplazamos con la movilidad motorizada.  Nuestros sentidos, nuestras emociones, nuestros cerebros han evolucionado biológicamente para movernos a menor velocidad, y sin embargo, hemos sido capaces de multiplicarla y a la vez protegernos de ella con la ayuda de la tecnología y del entrenamiento.

    No nos olvidemos del factor humano mientras conducimos.


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    Esos curiosos y peculiares aprendices
    La mejor medida de seguridad vial es educar a los ciudadanos desde la infancia
    Temario ESSTT-OEP 2005





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