sábado, 15 de marzo de 2014

Tendencias hacia una movilidad más inteligente

En un post anterior comentaba los avances tecnológicos vinculados a la información que afectarían a la movilidad. Autores como George Amar denominan softmovilidad a la que habrá que incluir la electromovilidad y la ecomovilidad, así como los cambios que se avecinen con los medios de transporte a los que dedicaré un artículo del futuro. El tema de este post es hablar de los cambios que se generan en las relaciones sociales con la introducción de las nuevas tecnologías de la información.

Relaciones sociales que día a día observamos cómo se va consolidando la sociedad en red. Si no tienes WhatsApp no estás "in". Reconozco que todavía estoy "out" en estos temas y no sé cuánto tiempo lograré resistir, pues la presión social es muy fuerte. Soy de la opinión que el día solo tiene 24 horas y cada red social requiere su tiempo para gestionarla si no queremos convertirnos en zombis digitales. Decir que hemos cambiado nuestra forma de conversar es algo pretencioso, sería más preciso reconocer que hemos ampliado nuestra forma de conversar. Conversamos compartiendo nuestra información de forma grupal en comunidad (foros, time-life, grupos de conversación...) a la que añadimos información digital multimedia para complementar nuestro mensaje. Bruno Marzloff lo define como el tercer espacio que es capaz de romper los clásicos binomios (trabajo-casa) o (local-global), pues en ese tercer espacio virtual se crean nuevas formas de organización mucho más flexibles, accesibles las 24 horas del día, los 365 días del año, en cualquier dispositivo móvil digital, que propicia el trabajo colaborativo en comunidad. Estas tendencias también sé reflejan en nuestra forma de desplazarnos. 



El tiempo de transporte que hasta no hace mucho las personas lo consideraban tiempo basura o que había que gastar para recorrer una distancia, con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación conllevan la conversión del tiempo de desplazamiento en tiempo de trabajo, tiempo de ocio o tiempo para relacionarse con otras personas, además de las que están físicamente viajando a nuestro lado, pero ahora podemos añadir también a personas a cientos o miles de kilómetros de distancia. En definitiva el tiempo de desplazamiento lo vamos a convertir, si así lo deseamos, en tiempo de búsqueda de oportunidades. Con la llegada de Internet al concepto de "el otro" se amplía. 

Conocemos servicios integrales online para gestionar nuestras relaciones con desconocidos y poner en contacto el mundo virtual con el mundo físico: me estoy refiriendo por ejemplo a aplicaciones como Carpooling y Bla Bla Car que ponen en contacto a personas a través de la red para compartir un viaje. El valor de estas aplicaciones es crear confianza entre los individuos para poder generar un servicio del que se puedan aprovechar los interesados compartiendo gastos y beneficios. Antiguamente se colocaban carteles de anuncios en las estaciones de autobuses, aquella información ahora ha pasado a un entorno virtual donde fluye con más velocidad y donde se puede opinar con más facilidad del servicio recibido.  

En un estudio titulado 2020 Future Value Chain. Building Strategies for the New Decade, realizado por importantes firmas comerciales, se hace referencia a los cambios que se avecinan a nivel mundial y a la aparición de megaciudades que tendrán un impacto muy significativo en el desarrollo de la logística, y como derivada de ésta también de la Movilidad Urbana. En ese documento se prevé una escasez de recursos primarios como la energía, el agua y los alimentos, por lo que no hay que ser un lince para prever la importancia de la logística en ese futuro. Una de las claves será la gestión de la distribución y el suministro de los recursos escasos. Otro de los ítems que describe ese documento es una futura presión regulatoria en temas medioambientales, de sostenibilidad y de seguridad alimentaria, que definirán la evolución de muchos procesos productivos, de la economía y en consecuencia del transporte. 

La tendencia de muchas ciudades es avanzar hacia el concepto de Smart City (ciudad inteligente) lo que algunos autores denominan inteligencia ambiental otros la define como el Internet de las cosas, por ejemplo infraestructuras terrestres como las autopistas que se comunicarán directamente con los vehículos, o bien, vehículos que se pasarán información entre ellos, abriendo la puerta al concepto de la conducción automática. Este tipo de ciudades inteligentes necesitará de dos piezas básicas: activas redes sociales que hagan fluir la información de forma permanente y tecnologías de la información y la comunicación que sean ubicuas (que se encuentre en cualquier parte), probablemente serán tecnologías inalámbricas de acceso gratuito y cuya implantación será suficientemente barata. El urbanismo de la ciudad inteligente planteará una movilidad más diversa y compleja, pues requerirá del uso de terminales multimodales que pongan en contacto diversos vectores de transporte como por ejemplo el metro, el  tren, el avión, el taxi... lo cual requerirá el uso de múltiples fuentes de información, y por tanto la disponibilidad de entornos que nos permitan entender una manera de desplazarnos más compleja. Tendremos que entender la movilidad como otra competencia de unos entornos urbanos cada vez más exigentes que nos obligará a tener que saber interpretar mapas  y gráficos, a utilizar máquinas expendedoras de billetes, interpretar la señalización dentro de las estaciones intermodales, etc. 

George Amar pronostica un futuro donde el peso de las estaciones intermodales será mayor en los ámbitos urbanos, convirtiéndose en importantes polos de desarrollo económico y social; auténticas balizas territoriales de un barrio o una ciudad. Referencias de encuentro no solo para la gente que tenga que hacer largos viajes sino también la que no tengan la intención de irse muy lejos. Las estaciones serán polos de intercambio generalizados, por su propia naturaleza, al incrementar el flujo de intercambios con la aplicación intensiva de las tecnologías de la información. No solo se cambiarán personas y mercancías, no solo intercambiarán información como se hace ahora, con la aparición de la electromovilidad también se convertirán en intercambiadores energéticos para toda la gama de vehículos eléctricos que se cargarán en estos lugares mientras esperan aparcados a nuevos clientes o a que regresen sus propietarios. 

El concepto de itinerario multimodal se verá reforzado con la progresiva implantación de la electromovilidad. ¿Cuál es tu opinión?


By Seemann



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